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sábado, 23 de junio de 2012

Dos días por Alcalá de la Selva

De la mano de Ferrán, nuestro entrañable bombero, vamos a visitar los alrededores de Alcalá de la Selva. Nos moveremos entre los 1500 y los 2000 metros de altitud y disfrutaremos de una naturaleza que en estas fechas todavía conserva el verde intenso de la primavera. Los dos días de ruta, espectaculares. Circularemos por caminos, sendas y muchas veces monte a través. Media docena de metrobikers que comparten mucho más que una afición a la bici.

Empezamos el día con nuestro punto de partida en la casa de Ferrán.
Y a partir de aquí, el verde es el protagonista.
¡¡¡Que disfrutéis de los paisajes!!!
Con precaución intentamos no romper la paz de las reses...
...ya que algunos animales imponen.
Y cómo no, siempre es buen momento de gastar alguna putada de peso.
¿Quien ha sido el kbrnzo?
Seguimos flipando con estas panorámicas.
Atención a la tumbada del Súper. Ni el Jorge Lorenzo, vamos.
Y para variar, un pinchacito.
Nos plantamos en las pistas de esquí de Valdelinares.
Y si no fuera porque vamos justos de hora, hubiésemos llegado hasta lo más alto.
Una foto de familia para el recuerdo.
Pedrito, aunque no esté en su mejor momento, siempre llega donde muy pocos llegan.
Dan ganas de llevarse una para que nos acompañe en la cena.
Y aquí una sorpresa de Ferrán. Los toboganes. Unas pendientes
de vértigo entre prados, que nos llevarán a nuestro merecido menú.
Pero antes de comer no podíamos pasar sin parar en este bonito paraje.
Nos hidratamos por dentro y después un plato contundente.
Mira que se porta bien. Se le puede llevar a cualquier sitio.
De segundo, más contundencia.
Y por la noche, nuestro maestro Juan nos da una lección de cómo se prepara un buen gintonic.
Estos momentos son de los que no se olvidan.
Un aplauso para el barman.
¡¡¡Otro, otro, otro!!!
Y tan sólo había que llevarse sábanas. Pero es que alguno pensaba que se iba al Polo.
Amanece un día muy parecido al de ayer y no tardamos en ponernos en marcha.
Pasaremos por Alcalá de la selva para aprovisionarnos de pan, tomatito y jamón.
Después de unos pocos kilómetros de asfalto, nos adentraremos en los bosques.
Aquí Ferrán nos enseñó esta senda en nuestro camino al nacimiento del río Mijares.
Los aviones militares son lo único que perturba la paz de estos montes.
Que manera de disfrutar en este descenso.
Menos mal que se cogió a una rama fuerte. Si no, acaba en el barranco.
Sin palabras.
Y siempre algún tramo de patabike.
Y ahora a seguir este arroyo que en realidad es el río Mijares.
Hora de sacar el pan, los tomatitos y el jamón.
A ver si somos capaces de no perturbar la paz de la manada.
Este me mira mal.
Ahora una bajadita rápida hasta Alcalá.
Otra buena de familia.
Y ahora a recorrer el pueblo.
Todavía nos queda este tramito del río Alcalá entre matorrales y chopos.
Y llegó la hora de otro contundente menú.
Que bien se portan y que poca guerra dan para comer...
...no como otros.
¿Y esas aletas del freno para qué sirven?
Pues nos vamos despidiendo de la casa de Ferrán con la esperanza
de que otro año nos vuelva a invitar a pasar dos días como éstos.
¡¡¡Un abrazo bombero!!!

2 comentarios:

Agustín dijo...

Me apunto al grito: ¡Un abrazo Bombero! y un abrazo a todos, como no. Gracias amigos, por unos días de esos que no se olvidan.

Anónimo dijo...

Buenas,

Jo,que envidia.
Un abrazo a todos y me alegro de que lo pasarais de putamadre.

Nos vemos.

" El Primo "

Au